Me pareció muy simpática esta imagen cuando la vi. Las revoluciones estudiantiles (nunca me gusto el termino pingüino, no se porqué) ya pasaron, pero el tema queda pendiente. La educación pública en Chile es deficiente.
La falta de recursos ha sido la causa más señalada, tanto por estudiantes como por autoridades.Claro, es muy fácil decir "no hay recursos", o incluso, asignar fondos, poniendo un parche a la situación. Un parche que durará poco, y que no sirve para procesos largos como lo es la educación. Una persona está 12 años en el colegio y esto es sólo una generación. Es más importante utilizar los recursos de manera eficiente. Esto es, asignarlos según prioridades bien establecidas y controlar su uso. Un ente fiscalizador, que no solo se encargue de que no falte dinero, sino de que haya sido bien utilizado, resguardando los fondos de todos los Chilenos. Que las compras sean hechas mediante licitaciones públicas, que las brechas de salarios no sean tan altas. No es porque sí que un director gane más que un profesor, es un trabajo más complicado y de mayor responsabilidad, sin embargo la diferencia es abrumadora.
Un factor que poco se menciona, aún siendo el más importante, es el rol del alumno. Creo que basta de tanto "pingüinismo", es hora de aprovechar lo que hay, aún que sea poco. Es mejor a seguir desperdiciandolo como se hace ahora, ¿no? Quiero aquí mencionar un hecho que me hizo enojar bastante. Llega a principio de cuarto año medio un nuevo estudiante a uno de los liceos más grandes de Concepción. Ya con amigos, un día de invierno, mientras recuperan clases correspondientes al último paro que hicieron, llega un representante del centro de alumnos y le dice durante la clase "Oye, tenemos una promo trago escondido en la sala del centro de alumnos. Te consigo un pase y vamos tomarlo". Ese mismo alumno anduvo, anda y andará en las protestas por una mejor educación. Algo inconsecuente, ¿Que les parece?
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